Las palabras de Sebastián Calfuqueo, artista visual y activista en Rangiñtulewfü Kolectivo, abren el debate respecto a un tema muy complejo, que es cómo pensar el antiespecismo y el veganismo desde una mirada decolonial. Cómo el veganismo eurocentrista, racista y occidental se intenta imponer sobre comunidades y culturas históricamente oprimidas. Cómo podemos pensar un veganismo anticolonialista fuera del paradigma occidental (urbano) que barre componentes identitarios de culturas en resistencia? Cómo se reformulan tradiciones e identidades sin ser absorbidas y dominadas por la cultura hegemónica? Sin duda se trata de un tema pendiente dentro del activismo antiespecista: pensar en la aplicabilidad del veganismo y sus límites, ver más allá de nuestro contexto de comodidad y aprender la alteridad.
“El purismo condiciona un estereotipo muy marcado sobre lo que debe ser mapuche, y yo creo que esa dimensión puede surgir desde otros devenires. Cito un ejemplo: hay chicas que son veganas y mapuches, lo que en ciertos espacios es complicado, pues el mapuche históricamente practica una alimentación omnívora. Mi pregunta es por qué el mapuche no puede modernizar o repensar las lógicas de su cultura. Repensar el machismo o el colonialismo. No tiene por qué quedarse pegado en la descripción de “La Araucana”.”
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